El reinado de Isabel II comenzó con muchas dificultades, la fundamental es que su tío, Carlos María Isidro, dio comienzo a la Primera Guerra Carlista (1833-1840) para quitarle el trono que su padre Fernando VII le había dejado al promulgar la Pragmática Sanción. Carlos llevaba toda la vida esperando el puesto de su hermano y no aceptó el cambio legislativo que terminaba con la tradición borbónica y permitía el reinado de una mujer. Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, impuso en 1713 un reglamento sucesorio que daba la preferencia a los varones en la sucesión (hijos, hermanos y sobrinos) frente a las mujeres (aunque fuesen hijas del rey), sin llegar a prohibir del todo el acceso a la mujer como hace la Ley Sálica.
Además de la guerra, la temprana edad de Isabel propició más inestabilidad ya que hubo dos regentes, primero su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias y luego la del general Espartero. María Cristina se acercó cada vez más a los liberales moderados sin tener nunguna empatía ideológica, más bien porque a la fuerza ahorcan y el posicionamiento estratégico era imprescindible si quería mantener la corona de su hija. La guerra se convirtió en una lucha entre el liberalismo del bando isabelino o cristino y el absolutismo de los carlistas que representaba el inmovilismo político, la tradición, un catolicismo ultraconservador, la defensa de los fueros y un intento anacrónico de conservar la sociedad estamental y el Antiguo Régimen.
Los liberales financiaron la victoria con la desamortización de Mendizábal pero los carlistas se levantarían en otras dos ocasiones para desangrar en tres guerras civiles al país.
Los avances liberales fueron lentos porque además de tener que imponerse al absolutismo derrocharon muchas de sus fuerzas en luchas internas, el enfrentamiento entre liberales moderados y liberales progresistas fue constante. Los primeros eran mucho más conservadores y estaban unidos de tal forma a la Corona que los progresistas recurrían a las armas como único camino para alcanzar el poder.
La lucha entre liberales provocó la cesión de la Regencia a Espartero, líder de los liberales progresistas, y la salida al exilio de María Cristina. En el techo de su palacio parisino estaba el cuadro que inspira nuestro sello de correos: “La Reina Cristina con su hija la Reina Isabel pasando revista a las baterías de artillería que defendían Madrid el año 1833” obra de Mariano Fortuny.
En el trabajo no presencial del bloque 9, uno de los estudios de investigación propuestos es “La batalla de Tetuán” de Mariano Fortuny y establecer la conexión de la obra de arte con el marco histórico de la Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos.
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