Este año la provincia elegida para conmemorar el estatuto de autonomía de Castilla – La Mancha es la más septentrional y la única que no participa de La Mancha.
Guadalajara con 12.212 Km2 supera la extensión media de las provincias españolas, pero es la pequeña de las cinco provincias de la comunidad. Hasta hace pocos años era también la menos poblada, con la decadencia de Cuenca y el auge de los municipios del Corredor del Henares y de otras zonas limítrofes con Madrid provocaron el vuelco. Cuando tratamos en este blog de Zamora, vimos que la provincia que nos ocupa hoy es la que ha crecido últimamente al ritmo más alto de toda España, por encima de un 3% anual de media entre 1996 y 2016. Dentro de Castilla – La Mancha le sigue Toledo a la mitad de ritmo.
La influencia de Madrid es insoslayable, tanto por la expulsión de población en busca de vivienda menos costosa, como por la deslocalización industrial y logística de radio corto. Uno de los ejemplos más significativos es el de la fábrica de cerveza Mahou, que se trasladó de la orilla de la M-30 en Madrid a la de la A-2 en Alovera. Se han trasladado a Guadalajara muchas empresas, las relacionadas con el almacenamiento, el transporte y la logística son las más significativas pero hay bastante variedad (ranking de empresas).
Son compañías que buscando suelo barato siguen aprovechando las infraestructuras de comunicación del modelo radial, sin perder centralidad y sin alejarse del mercado madrileño que es el más grande de España. La comunidad de Madrid concentra en 8.000 Km2 más de 6,5 millones de personas, el 19% del PIB y el mayor PIB per cápita de España: 34.916€ frente a los 20.645€ de Castilla – La Mancha (INE 2018).
A 55 kilómetros de la Puerta del Sol se encuentra la capital provincial, su auge (de 55.000 habitantes en 1981 a los actuales 85.000) esconde que parte del desarrollo se debe a su función de ciudad dormitorio. La proximidad a Madrid le proporciona grandes beneficios, pero también frena su capacidad de influencia y su posición jerárquica dentro de la red urbana española. Otro inconveniente ha sido la ineficacia a la hora de estructurar el crecimiento del occidente de la provincia de Guadalajara, sumado a la falta de coordinación entre las diferentes administraciones. Las dos autonomías que comparten el Corredor del Henares hacen la guerra por su cuenta salvo en algunos temas (convenios en la atención médica). La administración central a veces acierta en sus inversiones (continuación del tercer carril de la A-2 desde Alcalá de Henares hasta Guadalajara), pero otras veces yerra (estación de AVE). Al igual que en Cuenca, en Guadalajara se creó una estación a 9 kilómetros de la ciudad (a más de 5 en el caso de Cuenca), lo que eliminó una de las ventajas tradicionales del ferrocarril, su accesibilidad desde los centros urbanos. Junto con otras decisiones desacertadas han logrando que Guadalajara-Yebes sea una de las estaciones AVE más infrautilizadas de España (85.094 pasajeros en 2018). Los arriacenses siguen prefiriendo el tren convencional, el autobús o el automóvil particular en su conexión con Madrid.
Por otro lado el carácter excéntrico de la situación de la capital en la provincia ha provocado cierto desafecto entre administrados y administradores. Los kilómetros no favorecen los contactos y las diferentes dinámicas sociales, demográficas y económicas ensanchan la brecha entre el oeste de la provincia y el resto de la misma. Se trata de dos mundos opuestos, el primero es urbano y vive al ritmo de los latidos de la metrópoli madrileña, el segundo es rural y lucha contra la despoblación.
Una dicotomía también paisajística entre naves industriales, carreteras, polígonos, y por otro lado una provincia repleta de hermosos paisajes y pueblos. Quizás Guadalajara sea una de las provincias más bellas del interior de España y sin duda una de las más desconocidas. Sigüenza es de los pocos valores turísticos con presencia nacional, pero hay muchos otros que no desmerecen: el Parque Natural del Alto Tajo, Molina de Aragón, la Sierra Norte, el Hayedo de la Tejera Negra, Brihuega, Atienza, el románico más meridional de España (y quizás de Europa), el Río Dulce…
Para que se hagan una idea de lo que se pierden si no van, les dejo unas fotos de esta provincia que me ha robado el corazón.
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